Proteger las obras y creaciones de tu empresa es un pilar fundamental para su buen funcionamiento, sobre todo si esta se basa en la innovación. Es importante protegerlas bien para evitar problemas legales en el futuro y que otras empresas te copien y se beneficien de tus creaciones. Asegurarte de que los elementos que hacen única a tu startup estén bien protegidos es un paso crucial en el camino hacia el éxito. Aquí entran en juego tanto la propiedad intelectual como la industrial, dos elementos que te permiten proteger bien tus activos.
Pero hacerlo puede ser un tanto difícil, ya que hay varios conceptos que comprender. En La Lonja de la Innovación contamos con mentores, como Daniel Ramos, mentor en legal, que pueden orientar a las startups en este proceso, pero para que tú también puedas tener claro cómo se hace, te lo contamos en este post.
Diferenciando propiedad intelectual e industrial
Hay que saber diferenciar bien entre la propiedad industrial e intelectual. La primera de estas se refiere a los derechos que se aplican a activos intangibles, es decir, los que no se pueden ni tocar ni ver, pero sí pueden comercializarse como las patentes, marcas comerciales y diseños industriales. Por otra parte, la propiedad intelectual se relaciona con los derechos de autor, los que se aplican a creaciones u obras creativas, artísticas, literarias, científicas, obras de teatro o de cine, programas de ordenador, etc.
Hacer el registro y protección de tus creaciones te aporta una prueba de la propiedad de algo y que, en el caso de que alguien incumpla la propiedad intelectual, es decir, que haga uso de algo que tú has creado sin permiso, puedas defender tus derechos
En España contamos con diferentes formas de registrar tus activos, ya que como hemos visto, son muchas las creaciones que pueden protegerse y, en función de lo que sea, el proceso será uno u otro.
- Patentes, marcas y diseños. Estos activos intangibles se enmarcan dentro de la propiedad industrial. El proceso se lleva a cabo a través de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), pero antes de nada, es fundamental asegurarse en las bases de datos que hay en la propia OEPM si ya existen alguna marca, patente o diseño igual o muy parecido, ya que sí es así la tuya no podría protegerse.
Si has comprobado que no existe ninguna parecida y ya has completado este proceso, solo tu empresa podrá usar tu marca o patente y tendrás el derecho a demandar a todo aquel que la use a tu costa.
Además, también puedes protegerla a un nivel más amplio a través de la Oficina de la Unión Europea de Propiedad Intelectual que te aportará el derecho con efectos en toda la Unión Europea.
- Acuerdos de confidencialidad y no divulgación. La propiedad industrial también permite proteger información valiosa de tu compañía. Si tu empresa trabaja en un proyecto innovador y tienes que contratar a terceros o simplemente tienes que compartir información valiosa con tus empleados, a través de estos acuerdos puedes establecer que toda información que compartas con ellos no pueda compartirse y se mantenga en secreto con el fin de que esta no se filtre y no sea copiada por tu competencia.
Por otra parte, hay que destacar también los derechos de autor y tener claro en qué consisten. Estos se enmarcan dentro de la propiedad intelectual y protegen obras literarias y artísticas, software y aplicaciones, música u otras creaciones creativas. Aquí no se requiere un proceso para lograr su protección, sino que los derechos de autor se adquieren automáticamente en el momento de creación de la obra. No obstante, sí es recomendable registrarlos en el Registro General de la Propiedad Intelectual para tener una prueba oficial. Los derechos de autor otorgan exclusividad a la hora de explotar estas obras, pero con un límite temporal, ya que en España, pasados 70 años desde la muerte del autor, la obra pasará a dominio público y podrá ser explotada sin permiso.
La protección intelectual e industrial de tus activos es un paso que ninguna empresa debe saltarse, sobre todo aquellas que dependen de la innovación. Por ello, asegúrate de que todos los elementos que hacen única a tu compañía están bien protegidos y evita que otros se beneficien de tus creaciones.