Las personas tienen que tomar decisiones constantemente, a veces más simples y otras más complejas. Esto ocurre también en el ámbito laboral y sobre todo en quien tiene una empresa. Lo cierto es que tomar decisiones es una constante en el día a día del emprendedor o emprendedora y esto no debe considerarse como una acción aislada, sino como un proceso en sí.
La toma de decisiones es de gran importancia para que un negocio siga el rumbo correcto, por ello, para hacerlo hay que ser analítico y saber actuar bajo presión. Además, existen una serie de factores que se deben tener en cuenta para saber cómo tomar decisiones. Aquí te los contamos para ayudarte un poco:
- Mantener la calma. Muchas veces, las decisiones se toman cuando surgen problemas y estos llegan sin avisar. Por ello, es normal que comiences a sentir presión en estos momentos de crisis. Lo primero que se debe hacer es no perder la calma y poder reaccionar con tranquilidad, de lo contrario, es probable que no tomes el camino correcto al actuar por impulso. Tómate unos minutos para calmarte, despejarte y ganar claridad mental antes de actuar. Este pequeño lapso de tiempo puede ser lo que marque la diferencia entre una decisión bien pensada y una que no.
- Alineate con los de tu empresa. A la hora de tomar decisiones siempre debes tener en mente los valores de tu organización, ya que esto te ayudará a dirigirte hacia la dirección correcta y no tomar decisiones que puedan alterar el buen funcionamiento de tu negocio y su coherencia interna. Los valores son una especie de guía hacia los objetivos que quieres alcanzar con tu empresa, por ello, tomar decisiones en los que estos estén presentes es fundamental.
- Ábrete a recibir consejo. La toma de decisiones no tiene y no debe ser una carga de una sola persona. Pide consejo al resto de personas que trabajan contigo y consigue diferentes perspectivas, ya que esto puede enriquecer el proceso y descubrir puntos de vista que quizá tú no te habías planteado. Además, involucrar a tu equipo también fomentará el necesario ambiente de colaboración y el compromiso de tus empleados con la empresa.
- Busca información. Uno de los pilares a la hora de tomar decisiones es contar con la información suficiente sobre las diferentes opciones para poder compararlas y decidir cuál es la mejor. Por tanto, haz una investigación exhaustiva sobre las diferentes opciones, busca información y descubre qué ventajas y desventajas aporta cada una. Asegúrate de buscar en fuentes fiables y, si es necesario, buscar asesoramiento también puede ser una gran ayuda. Tomar las decisiones con un contexto bien definido y basándote en datos reales, minimizará los riesgos del proceso.
- Evaluación y análisis. Antes de optar por alguna opción, una vez recopilada toda la información necesaria tienes que identificar, analizar y evaluar todos los riesgos y oportunidades que ofrece. Las decisiones tienen que tomarse por razonamientos lógicos y análisis basado en evidencia y datos, en lugar de por impulsos sin fundamento.
- Mente abierta. En el mundo del emprendimiento es esencial tener capacidad de adaptación y ser flexible. Implícita en estas dos características está también el tener una mente abierta. Será esto lo que te permitirá aceptar más puntos de vista y optar por opciones que, aunque puedan hacerte salir de tu zona de confort, son mejores que otras que te parecen más cómodas. Tener la mente abierta te puede permitir tomar riesgos que deben tomarse para cambiar algo que no está funcionando.
- Aprender de decisiones pasadas. Todos los pasos que has tomado anteriormente son una gran fuente de aprendizaje. Es decir, puedes aprender de decisiones que ya has tomado en otro momento, ya sean buenas o malas. Analiza esas decisiones e identifica lo que funcionó y lo que no para lograr también más orientación.
- Revisión de las decisiones. Una vez se haya tomado e implementado la decisión, es importante revisar su funcionamiento y evaluar los resultados que esté dando para asegurar que no se cae en errores y que sí esto pasa, se pueda hacer los ajustes necesarios.
En definitiva, la toma de decisiones es un proceso complejo con muchos factores implicados, en el que la calma, el análisis y la reflexión son pilares fundamentales. Tener la capacidad de poder tomar decisiones correctas y, además, saber hacerlo bajo presión, puede hacer lo que marque la diferencia en tu negocio y te lleve al éxito.