La economía azul está entrando con fuerza como nuevo modelo de producción para construir un futuro sostenible y, debido a lo beneficiosa que es para el medio ambiente, es una de las áreas de interés en La Lonja de la Innovación. Hace poco explicamos en qué consistía esta perspectiva económica, hoy queremos ampliar esos conocimientos explorando los retos y barreras que presenta actualmente la economía azul.
Retos y barreras de la economía azul
Como cualquier emprendimiento, existen desafíos y barreras a los que la economía azul se debe enfrentar para poder superarlos y desarrollarse. Esto es consecuencia, en gran medida, de la poca concienciación que hay en la población sobre su importancia. Para que esta situación cambie se deben organizar campañas de concienciación públicas que ayuden a que la sociedad comprenda la importancia e impacto que la economía azul puede tener en nuestras vidas y, de esta forma, se logre un mayor apoyo. Es precisamente este desconocimiento lo que da lugar a otra de las grandes barreras en esta perspectiva económica: la dificultad de acceder a financiamiento ante la incertidumbre que proyectos de este tipo generan.
Por otro lado, la economía azul choca con otro tipo de barreras como son la sobreexplotación de los recursos marinos, la contaminación y el cambio climático, factores que actúan como grandes amenazas. Además, una economía azul mal planteada, puede derivar en una explotación no regulada de los recursos marítimos, pudiendo provocar desigualdades económicas que beneficien a grandes corporaciones que generan estos impactos perjudiciales, cuando, a contrario de esto, lo que la economía azul propone es el comercio local y la sostenibilidad.
Otra de las mayores barreras es que está sujeta a numerosas regulaciones y políticas que, además, varían según donde se encuentren las aguas. La gestión y gobernanza de los océanos y mares es compleja, ya que, además, puede estar compartida entre distintas entidades y organizaciones internacionales. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar actúa como marco jurídico y gobernanza en este aspecto, y asigna a los diferentes estados zonas económicas exclusivas, así mismo delimita el resto de zonas marinas como propiedades globales. Cada estado tiene la jurisdicción a la hora de gestionar las actividades y acciones sobre las aguas, y los procesos productivos que giran dentro de la economía azul, deben ajustarse a estas normativas. De este modo, los emprendedores deben comprender bien las regulaciones de las áreas en las que van a operar y establecer una colaboración con las autoridades competentes.
Por último, también hay retos relacionados con los recursos que son necesarios para desarrollar actividades enmarcadas en la economía azul. La gran parte de estos proyectos requieren una inversión muy alta, pues trabajan con tecnologías avanzadas y especializadas y, en ocasiones, también deben construir infraestructuras marinas como pueden ser parques eólicos marinos o granjas acuícolas. Por tanto, se suman dos problemas: la dificultad para obtener financiación y la necesidad de realizar una inversión inicial muy elevada. De este modo, no es solo la falta o dificultad de acceso a capital, sino también a estas tecnologías, lo que impide que entren nuevos actores al mercado.
Tras ver todo esto, es necesario remarcar que no es imposible llevar a cabo proyectos de economía azul. Al contrario, son cada vez más las empresas que se aventuran a dar el paso y adentrarse en este mundo. Esto se debe a que las oportunidades que la economía azul presenta son mayores que las barreras o retos. No obstante, al igual que cualquier otro negocio, durante el camino aparecerán obstáculos que deben superarse para lograr tus objetivos. Para ello, se necesita combinar la innovación y la estrategia con la colaboración entre sectores y la ética. Si estás interesado en desarrollar tu propio proyecto de economía azul, no dudes en ponerte en contacto con La Lonja de la Innovación para lograr el impulso y apoyo que necesitas.