Es común en muchas personas con espíritu emprendedor pecar de excesivo optimismo cuando tienen una idea de negocio. Confían demasiado en que su proyecto triunfará pase lo que pase y se lanzan de cabeza al mercado. Y, aunque ser positivo no es malo, hay que tratar de ser también realistas, ya que las prisas al emprender nunca son buenas. En el mundo del emprendimiento todo debe seguir un debido camino lleno de pasos esenciales que no deben saltarse, entre ellos, la validación de la idea de negocio.
La validación es uno de esos procesos esenciales dentro del mundo del emprendimiento que no deben pasarse por alto. Permite recopilar información acerca de tu producto o servicio antes de que se lance al mercado para comprobar si tu proyecto tiene potencial para el éxito o, si por el contrario, debes aplicarle mejoras y cambios o, incluso, abandonar esa idea y buscar otra. Al comprobar si esta tiene futuro, permite asegurarse antes de invertir en ella.
La importancia de validar
Como decíamos, validar tu idea de negocio puede hacer que lanzarte en una aventura empresarial sea más seguro y conlleve menor incertidumbre. Este proceso, que tiene como objetivo principal minimizar el fracaso, permite ahorrar tiempo y reducir costes, evitando pérdidas innecesarias. Te contamos brevemente por qué:
- Ahorro de tiempos y recursos. Imagina que lanzas al mercado un proyecto y este no tiene la demanda que habías imaginado, de forma que has gastado tiempo y recursos para algo que, finalmente, no te va a generar ninguna ganancia. Por este motivo, es fundamental validar con antelación tu idea de negocio, pues te permite evitar gastar tu tiempo y dinero en un proyecto que no hubiera tenido futuro, pudiendo dirigir tus recursos a oportunidades que prometan más.
- Entender mejor a tus clientes. La validación, además, te ayuda a recopilar información de calidad sobre tu público objetivo. Lanzando pruebas al mercado de tu producto o servicio puedes llegar a comprender mejor las necesidades y deseos que tiene tu audiencia y ajustar mejor tu oferta según los datos recogidos. Es decir, permite conocer nuevas necesidades que no te habías planteado antes de tus clientes y que puedes aplicar.
Con todo lo anterior queda claro que la validación permite algo fundamental a la hora de emprender: reducir los riesgos al máximo.
Cómo validar tu idea de negocio
A la hora de validar, se puede hacer de dos formas. Por un lado, validar el problema, es decir, ¿has encontrado un deseo insatisfecho, una situación o necesidad que necesite encontrar una solución? Entonces mide el interés que tiene el mercado en que esa solución se encuentre, es decir, antes de ponerte manos a la obra para resolverla asegúrate de que es un problema real y no solo una percepción tuya. Por otro lado, está la validación de soluciones, consiste en buscar cuál de las que tienes se adapta mejor al mercado o si la única que tienes de verdad tiene demanda y funciona.
Pero, seguramente, ahora te estés preguntando: ¿cómo se valida una idea? Te explicamos brevemente los pasos a seguir para ello:
- Investiga en profundidad el mercado, comprende bien tu nicho de mercado y sus necesidades. Recopila toda la información necesaria para conocer el contexto en el que tu proyecto se moverá. Para ello, usa el análisis DAFO.
- Una vez conozcas el mercado en el que te enmarcarás y hayas planeado tu producto o servicio, presenta esa idea a tu círculo cercano para obtener un primer feedback.
- Entrevistas y encuestas. Ahora ha llegado el momento de salir fuera de tu círculo y zona de confort y buscar personas que no conozcas y que formen parte de tu público, conoce su opinión a través de entrevistas y encuestas y recibe un segundo feedback que, seguramente, sea diferente al que ya tenías y que te servirá de ayuda para implementar cambios..
- Pruebas en el mercado. Testea tu producto o servicio en el mercado a través de un MVP, es decir un prototipo o versión inacabada que te permite conocer qué opinan los clientes de tu producto, habiendo empleado el menor esfuerzo posible.
- Tras recoger los datos obtenidos con las pruebas en el mercado es hora de hacerse varias preguntas como, por ejemplo, ¿tiene viabilidad financiera? ¿Es rentable? ¿Tienes que aplicar cambios tras lo que has descubierto testeándolo? Si todo ha ido bien y tras lanzar tu MVP todo apunta a que tu proyecto tendrá éxito, es hora de ajustar el prototipo inicial para presentarlo al mercado mediante un pitch y lograr feedback experto.
Tras todo esto, ya habrás validado tu idea de negocio y estarás preparado para lanzarlo al mercado. Pero cuidado, no olvides que la validación no es el único paso que debes seguir antes de emprender, sino que hay muchos más que tienes que tener en cuenta para que tu startup tenga éxito.