Cada vez hay más workaholics, o lo que es lo mismo, adictos al trabajo. Sea por el ritmo que ha alcanzado la vida y sociedad actual, por miedo de perder el trabajo o por cualquier otra razón, lo cierto es que este tipo de adicción es cada vez más común. Incluso muchas veces somos workaholics sin ni siquiera darnos cuenta. Si tras leer esto, te estás preguntando si tú lo eres o cómo se puede evitar, en este post te explicamos todo.
Señales para saber si eres workaholic
Muchas personas no son conscientes de que tienen una adicción al trabajo. Incluso aunque sus seres queridos se lo hayan repetido una y otra vez, no terminan de aceptarlo y se lo toman como una broma. Pero hay una serie de señales que indican que lo que tienes es adicción al trabajo, presta atención a ellas:
- Siempre buscas cualquier excusa para no descansar y seguir trabajando.
- Has dejado de tener vida social debido a la cantidad de horas que dedicas a tu trabajo.
- Descuidas a tus seres queridos dejándolos de lado y sin atender debido a tu trabajo.
- Eres egocéntrico en tu trabajo, no delegas tareas ni pides ayudas a otros compañeros porque piensas que si no lo haces tú, no se hará bien.
- Sacrificas horas de sueño.
- Sientes culpa cuando no estás trabajando.
- No sabes decir “no” cuando te piden que hagas una nueva tarea o que eches algo más de tiempo.
- Estás todo el día conectado o pendiente del teléfono.
Si leyendo esta lista, te has sentido identificado, sentimos decirte que eres workaholic. Pero no te preocupes, ya que a esto, como a cualquier otra adicción, se le puede poner solución.
Cómo evitar la adicción al trabajo
No te confundas, aunque sea una adicción al trabajo, al igual que cualquier otra, trae consecuencias negativas y empeora tu calidad de vida. Ser workaholic provoca ansiedad y estrés, dificultad a la hora de conciliar el sueño, empeora las relaciones sociales, problemas de salud mental y física, etc. Por ello, ponerle fin es la opción más adecuada. Aquí te dejamos una serie de pasos para dejar tu adicción al trabajo:
- Admitirlo y ser consciente. No puedes acabar con tu adicción al trabajo si no admites que la tienes. Por tanto, el primer paso sería aceptarlo, para ser consciente de sus consecuencias negativas.
- Delega tareas de trabajo. Deja el egocentrismo a un lado y aprende a delegar tareas a otros compañeros. No es necesario que asumas toda la carga de trabajo sacrificando tu tiempo libre para conseguirlo. En el trabajo sois un equipo y por ello, deberías comenzar a pedir ayuda a tus compañeros siempre que lo necesites.
- Márcate un horario para tu tiempo libre y el tiempo con tus seres queridos. Dedica al día un tiempo para ti, busca una actividad o hobby que te guste y te haga estar motivado y tus ganas de terminar tu jornada laboral aumenten. Además, también debes dedicar tiempo y dar prioridad a tus seres queridos.
- Cumple tu jornada laboral. Limítate a trabajar en tus horarios de trabajo y cumplelo pase lo que pase. Para ello, es recomendable que te crees una lista de tareas donde marques cuáles son las prioritarias y aumentar tu productividad diaria.
- Haz ejercicio. Dedica al menos tres días a la semana a hacer algo de deporte. Esto te obligará a salir de casa o de la oficina y a moverte. Además, el ejercicio físico te ayuda a despejar la mente y dormir mejor.
- Aprende a decir que no. La clave para evitar ser workaholic es aprender a ponerte límites. Para eso, uno de los pasos fundamentales es saber decir “no” y no aceptar todas las tareas de trabajo.
Ahora es hora de ponerte en marcha y dejar tu adicción al trabajo de una vez por todas.